La Libélula

No siempre podemos ver lo que reflejamos

Hace unos días vi una libélula que posaba al borde de una puerta con cristales. Decidí tomarle una foto ya que su reflejo mostraba todos los detalles de sus alas y sus colores. Ella no podía verse, más yo podía apreciar su majestuosa forma.

Vamos por la vida pensando cómo podemos ser mejor que el día de ayer. Muchas veces caminamos asegurando que estamos en un mal momento o que las cosas no van como deseamos. Creo fielmente en el desarrollo constante. Pienso que cambiar y mejorar es importante, sin embargo, no podemos dejar de disfrutar nuestra realidad. Es importante vivir el presente y hacer que cuente.

Igual que la libélula en la foto muchas veces no podemos ver nuestro propio reflejo. Solo vemos lo que creemos que somos. Existen muchas personas que ven quién eres realmente. Te ven caminar o hablar y pueden apreciar tu majestuosidad. Que tú no puedas verlo no significa que no existe. Hay una gran probabilidad que muchos te ven en tu grandeza y esperan lo mejor de ti. Es posible que inspires a personas sin que tú lo sepas. Lo hacemos con nuestras acciones, con una sonrisa, con una broma, resolviendo un problema o simplemente estando presente.

Hoy puedo asegurar que tu reflejo está lleno de detalles asombrosos y maravillosos. Que si no puedes verlo busca a aquellas personas que son capaces de verte. Si en el camino encuentras que hay algo que soltar, cambiar o perdonar hazlo. Verás que poco a poco podrás conocer tu verdadero reflejo.

Te invito a compartir este mensaje con alguien que tu pienses que lo merezca. Alguien que refleje grandeza para la vida de otros.

Autor: Alex R. Barriera Ramos

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